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Antonio José MedinaEl 11 de noviembre de 1988 se inauguró bajo el mandato de Jaime Lusinchi CARACAS.- El Zulia ha sido sinónimo de hipismo de pura cepa a lo largo de los años. Hombres, mujeres y purasangres se han entregado por fortalecer una actividad que se niega a declinar en el ámbito nacional. La historia zuliana lleva olor a caballo. Cuentan que en los años 30 ya se hacían las carreras de ejemplares, incluso, en el recordado Hipódromo de Santa María, que a la postre ardió en llamas tras un incendio que acabó con las tribunas confeccionadas de madera.

Luego, en 1948, un grupo de reconocidos hípicos se organizó para darle empuje a la pista de La Limpia, que posteriormente se llamó el Hipódromo de Maracaibo. Cerró sus puertas en 1956 y dos años más tarde reanudaron las actividades hípicas, pero otra vez con el nombre de La Limpia. El 4 de noviembre de 1988 cerró sus tribunas el glorioso coso La Limpia. La última carrera fue ganada por Gran India, bajo la silla del experimentado Lenín Macías. Tras una donación de unos terrenos de 131 hectáreas, nacía el nuevo Hipódromo Santa Rita. Al final, fue inaugurado el 11 de noviembre de 1988 bajo la presidencia de Jaime Lusinchi y Gilberto Cárdenas como presidente del INH. El primer gerente que asumió las riendas resultó el doctor Elio Chacín. “Seguiremos adelante”Rosalinda Torres, actual directora del Hipódromo Santa Rita, sostuvo ayer que es un logro cumplir veinte años de actividad. “Seguiremos adelante por fortalecer el hipismo zuliano. En nuestra gestión se han tomado medidas en la seguridad, infraestructura y en el saneamiento del espectáculo”, cerró.


EL CY YOUNG

EFEEl lanzador de los Gigantes de San Francisco, se hace con el máximo premio para un lanzador en la temporada 2008. Johan Santana fue tercero NUEVA YORK.- El lanzador derecho de los Gigantes de San Francisco, Tim Lincecum, fue nombrado hoy, martes, como el ganador del premio Cy Young de la Liga Nacional y el venezolano John Santana quedó tercero. Lincecum, de 24 años, y considerado como el jugador franquicia de los Gigantes, recibió 23 de los 32 votos para el primer lugar con 137 puntos de la Asociación Americana de Cronistas del Béisbol para superar a Brandon Webb, de los Cascabeles de Arizona.

Webb se quedó en el segundo en la votación después de recibir cuatro para el primer lugar 73 puntos. También fueron considerados para el premio Santana, el zurdo venezolano de los Mets de Nueva York, que quedó tercero en la votación; C.C.Sabathia, de los Cerveceros de Milwaukee y el cerrador de los Filis de Filadelfia, Brad Lidge. Santana recibió cuatro votos para el primer lugar, ocho para el segundo y 11 para el tercero con 55 puntos. Lincecum se convirtió en el segundo lanzador de los Gigantes en conseguir el premio Cy Young después que se lo diesen en 1967 a Mike McCormick. También es el primer lanzador con sólo dos años de experiencia en las Grandes Ligas que consigue el premio desde que lo recibió Dwight Gooden, de los Mets, y Bret Saberhagen, de los Reales de Kansas City, en la temporada de 1985 para sus respectivas ligas de la Nacional y la Americana. Lincecum ya se ha ganado el honor de estar entre los mejores lanzadores de los Gigantes, entre los que se encuentran en legendario dominicano Juan Marichal y GayLord Perry, ambos serpentieneros derechos que están en el Salón de la Fama, pero ninguno de ellos recibieron el premio de Cy Young. Marichal nunca un primer voto para el premio a pesar que tuvo seis temporadas con más de 20 triunfos, mientras que a Perry se lo dieron dos veces, pero cuando ya no estuvo con los Gigantes. Lincecum mostró un dominio desde el montículo con el mejor porcentaje ganador de .783 de la liga y marca de 18-5 con 2.62 de promedio de efectividad, el segundo mejor, después de conseguir 265 ponches y ser el primer lanzador de los Gigantes en la historia moderna del béisbol (desde 1990), que logró esa distinción. A pesar del gran trabajo que hizo Lincecum desde el montículo la rivalidad para el premio fue dura con Webb que consiguió 22 triunfos; Santana tuvo 2.53 de promedio de efectividad